Las prisas son malas consejeras

El factor tiempo muchas veces nos impide prestar atención a los pequeños detalles, disfrutar de los momentos, percibir la belleza. Os muestro un ejemplo de esos pequeños detalles que nos deberían hacer reflexionar.

Hace escasos días al llegar a la oficina y saludar a los compañeros una chica me comentaba que había estado el día anterior tomando algo con unos amigos en los alrededores de la catedral de Barcelona y se había quedado realmente sorprendida.

Un músico de calle, cantaba cerca de ellos de una forma espectacular, con un talento innato,  fuerza, vigor, vida y sin embargo parecía que sólo ella había quedado cautivada por el espectáculo. La mayor parte de los transeúntes ni siquiera prestaban un segundo a escuchar aquella voz y melodía.

Recordé en aquel momento haber leído alguna cosa de un famoso músico que realizo un experimento para comprobar si conseguía captar la atención en plena calle. Así, buscando un poco encontré por fin la información.

Se trataba de uno de los mejores violinistas del mundo Joshua Bell, que con su Stradivarius en mano se instaló en el metro de Washington y tocó durante una hora. En el siguiente vídeo se pueden comprobar los resultados…creo que no se tiró a la vía ;-):

Realmente el experimento es sorprendente y me lleva de nuevo al inicio de mis reflexiones: el factor tiempo. Vivimos en una época dónde parece que el tiempo nos persiga y lamentablemente esto afecta directamente en la calidad de nuestras vidas. Tal vez si tomáramos las cosas con más calma y prestásemos más atención en todo lo que hacemos y nos rodea tendríamos una vida más feliz.

Esta percepción considero que puede ser tan válida para el entorno personal como para el entorno profesional. Profesionalmente estamos faltos de personas que antes de hacer las cosas, simplemente piensen. Las prisas una vez más nos vuelven a traicionar.

Yo mismo he sufrido este mal en muchas ocasiones y se lo difícil que es luchar contra esta dinámica, pero como amante de la música y después de ver al pobre Bell, prometo tenerlo presente cuando el tiempo me desborde.


© Tomas Soler Luque